lato a mil por hora, me choco, me retraigo. me pregunto si este es el rumbo correcto, si hice bien en fijarlo, en el pasado.
no sé si la velocidad que he tomado me desintegrará de seguir así. no sé.
el impulso hace de mí su territorio más firme y si me detengo... no me puedo detener.
no hago cosas que tengo que hacer, porque estoy ocupado haciendo cosas que tengo que hacer.
mi oído interno está sordo por todo el ruido que hago, un zumbido me atraviesa y las arcadas me doblan.
me sacudo el pantalón, me estiro las mangas del saco.
y, sigo.